Un grupo de investigadores de la División de Psicología de la Universidad de Stirling ha investigado las razones por las que los pescetarianos optan por comer pescado pero no carne de animales terrestres.
Según el estudio, que ha sido publicado en la revista Qualitative Research in Psychology, la distancia percibida entre la vida marina y los participantes en el estudio fue un factor clave en la formación de la lógica del pescetarianismo.
El equipo, formado por Maja Cullen, Devon Docherty y la doctora Carol Jasper, utilizó la teoría del nivel de construcción de la distancia psicológica para investigar más a fondo cómo se crea esta distancia y cómo podría experimentarse.
Según esta teoría, la interpretación que hacemos de nuestro entorno, y de los diversos seres que lo pueblan, difiere en función de la profundidad con que los comprendemos.
"Cuando no sabemos mucho sobre alguien o algo, pensamos en ello en términos más abstractos y generales porque nos falta información", afirma la doctora Carol Jasper, coautora del estudio, en un comunicado de prensa en el que se anuncia la investigación.
"Para nuestra muestra de pescadores, esto significaba que se sentían menos conectados emocionalmente con los animales marinos de lo que se sentían con los animales terrestres, con los que compartimos algunas similitudes más obvias. Esta distancia social parece mantenerse gracias a la distancia espacial. Nos sentimos distanciados de los animales marinos porque rara vez los vemos", añadió.
El estudio se inspiró en investigaciones anteriores sobre la disonancia cognitiva basada en la dieta, en la que los consumidores de carne experimentan malestar mental cuando sus elecciones alimentarias no coinciden con sus creencias.
"Casi todos los participantes expresaron que se identificaban estrechamente con la ética de los vegetarianos o veganos y muchos de ellos manifestaron su intención de eliminar los animales marinos de su dieta en el futuro, y muchos se cuestionaron la lógica de sus propias percepciones", afirmó Maja Cullen, autora principal del estudio.
"Encontramos pruebas de la existencia de disonancia cognitiva en nuestra muestra. Atribuir menos capacidades a los animales marinos fue, por tanto, una de las estrategias que utilizó nuestra muestra para aliviar su experiencia de disonancia cognitiva", añadió la Dra. Jasper.