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Meet the foundersDe plaga a beneficio: la explotación de las floraciones de Sargassum en México

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Mientras la mayoría de los habitantes de la costa caribeña de México se desesperan por las graves floraciones de sargazo que se han vertido en sus playas, Paulina Zanela busca la manera de dar un buen uso a la "hermana fea del alga".

por Senior editor, The Fish Site
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Dos personas sentadas en el escenario de un acto.
Frode Sønstebø y Paulina Zanela, cofundadores de Thalasso

Las playas vírgenes del Caribe han atraído a turistas de todo el mundo durante generaciones, pero en la última década muchos han descubierto que no hay arena a la vista, gracias a la afluencia de millones de toneladas de Sargassum alga marina, que huele a podrido

Es un desastre para la industria turística y, lo que quizá sea más preocupante, los problemas distan mucho de ser puramente estéticos.

"Es un estado de emergencia: la playa tal y como la conocíamos ya no existe, la hierba marina se está muriendo, los arrecifes de coral están muriendo, provoca erupciones. Era un paso lógico intentar evitar que el sargazo llegara a la costa", explica Paulina Zanela, fundadora de Thalasso, una startup con dos ramas: una para interceptar el sargazo y otra para convertirlo en una gama de productos valiosos.

"En Europa la gente invierte millones en cultivar algas, pero aquí en el Caribe tenemos millones de toneladas de algas y la gente las trata como basura; no tiene sentido", reflexiona.

Zanela se centró inicialmente en evitar que el sargazo llegara a las playas, diseñando un barco autónomo único que puede recoger las algas antes de que lleguen a los arrecifes de coral. Sin embargo, desde entonces se ha centrado en el proceso de biorrefinería

"Si nos limitamos a recoger las algas y llevarlas a la costa, no estamos resolviendo realmente el problema: sólo las trasladamos del océano a la tierra, y la mayoría de las islas del Caribe tienen problemas con la gestión de residuos por falta de espacio", reflexiona.

"El sargazo es la hermana fea de las algas, es de la misma familia y tiene los mismos ingredientes bioactivos, así que creamos Thallasso Biotech para extraer ingredientes de alto valor del sargazo y convertir un problema en una oportunidad

Un problema de una década

Según Zanela, el sargazo lleva afectando a México desde 2011 -al principio en años alternos, pero ahora cada año, con temporadas cada vez más largas-, desembarcando en franjas de unos 400 km de la costa caribeña del país.

La creciente preocupación por los impactos llamó la atención de Zanela, quien -tras seis años como funcionaria pública- trabajaba para una organización sin ánimo de lucro que busca mejorar el suministro de agua a algunas de las comunidades más pobres de México como medio para reducir los niveles de mortalidad infantil.

"Desarrollé una reputación de ser muy terco cuando se trata de resolver problemas de impacto ambiental y social. Por eso, cuando el sargazo empezó a afectar a las costas mexicanas, algunos de mis antiguos colegas del Gobierno se pusieron en contacto conmigo para ver si tenía alguna solución: estaban muy preocupados por la posible contaminación de las aguas subterráneas", recuerda.

Por aquel entonces, uno de sus proyectos fue preseleccionado para un concurso Banco Mundial/ IE business School Madrid llamado H2O Challenge, destinado a encontrar soluciones para los problemas del agua, con participantes de todo el mundo. Durante el proceso de selección, conoció a miembros de una iniciativa noruega, EnviroNor, que le dieron una nueva perspectiva sobre la economía azul.

"Llegué a comprender el nivel de conocimientos que tienen los noruegos en lo que se refiere a tecnología oceánica, uso sostenible de los recursos marinos y también a ganar dinero con el océano, así que me puse en contacto con ellos para preguntarles si tenían alguna solución potencial para el Sargassum", explica Zanela.

Como en aquel momento no la tenían, Zanela decidió unir fuerzas con uno de ellos, Frode Sønstebø, para desarrollar posibles soluciones al problema... y así nació Thalasso.

Cómo serán las biorrefinerías de Thalasso.
Una impresión de una de las biorrefinerías en contenedores de Thalasso

© Thalasso

Biorrefinerías en contenedores

Una vez que decidieron concentrarse en el lado biorrefinería de la ecuación, comenzaron a extraer fucoidanos y alginatos del Sargassum, para aplicaciones como la producción de biopolímeros para textiles y envases sostenibles en la industria de la moda, así como para producir bioestimulantes.

Sin embargo, cree que también hay margen para perfeccionar las abundantes macroalgas para aplicaciones médicas, por ejemplo como antiinflamatorio y, potencialmente, incluso como medio para prevenir el cáncer.

"Realmente creemos que el sargazo puede crear una nueva economía para el Caribe, basada en el uso de los recursos marinos, en lugar del turismo, que está dañando el océano", subraya.

Para ayudar en el proceso, Thalasso ha desarrollado un diseño de biorrefinería basado en contenedores que se adapta de forma única a la región: es pequeño y móvil.

"Tiene sentido procesar las algas lo más cerca posible de la costa, ya que es muy caro transportarlas. Nuestras refinerías son móviles y pueden procesar tanto algas frescas como secas, por lo que pueden funcionar todo el año. Son fáciles de manejar, muy baratas y rinden mucho. Es un punto intermedio entre un laboratorio y una refinería industrial", reflexiona Zanela.

Según Zanela, se trata de un modelo muy demandado, ya que ha recibido consultas de cultivadores de algas de todo el mundo

"Parece que hay una gran necesidad de estas herramientas tecnológicas, ya que actualmente los cultivadores de algas venden sus algas a las grandes empresas por márgenes muy bajos, por lo que no pueden aumentar su producción. Creemos que la descentralización del procesado de algas puede ayudar a los agricultores y recolectores a conseguir mejores precios, mejorar la trazabilidad y reducir sus emisiones de carbono", explica.

Una señora con vestido sosteniendo un tarro.
Paulina Zanela: aportar estilo al sector de las algas marinas

La tecnología del interior de los contenedores ha sido desarrollada por la startup durante los dos últimos años, con cierto apoyo de optimización de la Universidad de Río de Janeiro.

"Hemos conseguido reducir el volumen de productos químicos [necesarios para procesar las algas] en un 80%, lo que reduce los costes de procesamiento en un 80%; y hemos creado un caso de negocio para este tamaño de refinería. Todavía estamos optimizando algunos aspectos, como la posibilidad de extraer las moléculas bioactivas por métodos físicos y no químicos", explica Zanela

"También hemos extraído proteínas, celulosa y fucoxantina. La idea es conseguir una extracción secuencial a medio plazo. También queremos probar nuestro sistema con algas rojas y verdes, utilizando el mismo equipo, pero con algunos pequeños ajustes en lo que respecta a la molienda y las temperaturas. Aún estamos muy lejos de lo que queremos hacer, pero en lo que respecta al sargazo estamos bastante avanzados y preparados, y actualmente estamos construyendo una instalación piloto", añade

Un problema de percepción

A pesar de los avances, Zanela admite que hasta ahora no ha sido un camino fácil, en parte porque el Sargassum tiene muy mala reputación en los países donde aparecen las floraciones.

De acuerdo con Zanela, aunque México es un gran consumidor de agar, alginatos y carragenina -debido al tamaño de los sectores ganadero, lácteo y textil-, 99 por ciento de estos ingredientes son importados.

Sin embargo, ahora que Thalasso ha comenzado a trabajar con otras empresas como parte de un proyecto piloto con New Labs e Invest Puerto Rico, así como con otras compañías de la cadena de valor del Sargassum, como Sway, Pangaya y SOS Carbon, señala que están ganando mayor tracción.

"Ahora que podemos mostrar a la gente objetos físicos, como bioplásticos hechos con Sargassum, lo entienden mucho mejor que si yo me presentara a una reunión con una selección de polvos hechos con algas marinas", reflexiona.

Inversiones y ambiciones

Thalasso cuenta actualmente con una veintena de pequeños y medianos inversores, que comparten la visión de la startup.

"A la gente le interesa el impacto y el hecho de que seamos una solución inspirada en la comunidad con un gran potencial de mercado. Creo que eso es lo que entusiasma a la gente", afirma Zanela.

Sin embargo, explica que la construcción de la planta piloto ha agotado la mayor parte de la financiación, por lo que están buscando otro aumento

"Cerramos una ronda previa de 500.000 dólares que nos permitió alcanzar el ERL 4 para el barco y el ERL 5 para la refinería, y ahora estamos recaudando una ronda semilla de 2 millones de dólares, con una ronda puente de 300.000 dólares, para ayudarnos a construir las dos refinerías [en México y Puerto Rico], operarlas durante un tiempo y certificar los productos para diferentes mercados", explica

Confía en conseguirlo, sobre todo tras su participación en el Women in Ocean Food Studio de Hatch Blue, que tuvo lugar a principios de año.

"Es un sistema de apoyo increíble, lleno de conocimientos, oportunidades de cooperación y fue muy inspirador", afirma Zanela entusiasmada.

Dos personas sostienen un certificado en un escenario.
Zanela con Alejandro Castillo López de la Fundación Innovaciones Alumbra en el estudio de Hatch 2024 Women in Ocean Food

© Thalasso

Hitos principales

El mayor hito de Thalasso hasta la fecha, según Zanela, es el desarrollo de sus biorefinerías piloto, la primera de las cuales debería estar operativa en junio o julio de este año.

La fundadora también revela que ha mantenido algunos diálogos alentadores con el gobierno mexicano, que ha prometido apoyar a la startup una vez que las instalaciones estén en marcha.

Cada unidad tendrá la capacidad de procesar 20 toneladas de Sargassum por turno, pero Zanela explica que va a empezar con cautela, con un objetivo inicial de 2 toneladas por turno, hasta que el proceso haya sido probado y afinado.

El proceso de optimización ya ha comenzado.

El proceso de optimización ya ha comenzado

"En el diseño original, 20 toneladas de Sargassum producían 800 l de bioestimulante. En el nuevo diseño, con 1,2 toneladas de Sargassum estamos produciendo 24.000 litros de bioestimulante. Es alucinante", exclama Zanela,

Y el mercado del bioestimulante es fuerte y cuenta con un amplio apoyo gubernamental, añade

"México es un gran mercado, y también podría entrar en Centroamérica y Sudamérica. Puerto Rico es un territorio estadounidense, por lo que podemos llevar productos a EE UU desde allí, y hay muchos clientes potenciales interesados, incluso en Asia", reflexiona Zanela.

También está contenta con el desarrollo de la parte técnica de la operación y el crecimiento del equipo, que incluye a cinco ingenieros que trabajan en las plantas piloto, cuatro investigadores científicos y un par de asesores financieros, además de los propios cofundadores.

"Queremos que todos ellos sean empleados a tiempo completo dentro de poco, pero -lo primero es lo primero- tenemos que desplegar nuestra tecnología y demostrar que funciona", reflexiona.

Aumentar la escala

Zanela afirma que la empresa está manteniendo conversaciones muy positivas con "un socio increíble -aunque por el momento confidencial- en México", con la intención de ampliar significativamente su escala.

"A finales de año conoceremos mejor el proceso de producción y las necesidades volumétricas en algunas zonas concretas de México. Entonces podremos decidir si vamos a crecer orgánicamente o a través de grandes inversiones; a través de la operación de nuestro piloto decidiremos si crecemos a 15 o 50 refinerías", explica.

Zanela pretende concentrarse inicialmente en Puerto Rico y México, antes de mirar más lejos, con conversaciones ya en marcha en países como Barbados, República Dominicana, Antigua y Barbuda e incluso Noruega.

Zanela pretende concentrarse inicialmente en Puerto Rico y México, antes de mirar más lejos, con conversaciones ya en marcha en países como Barbados, República Dominicana, Antigua y Barbuda e incluso Noruega

"Es de esperar que en el futuro también proporcionemos la tecnología a los agricultores noruegos, que ojalá la prueben pronto", reflexiona.

Vista aérea de un buque autónomo cosechando algas.
Los fundadores de Thalasso planean reactivar sus planes de construir un buque autónomo de recolección de algas marinas

© Thalasso

Una vuelta a la recolección

En Puerto Rico, las algas que utilizan son recolectadas actualmente por SOS Carbon, mediante redes remolcadas detrás de embarcaciones, en México se las suministra Alejandro Luna, que cuenta con una flota de 11 barcos recolectores.

Sin embargo, Zanela espera reactivar las actividades de la empresa en el ámbito de la recolección de algas.

"En cuanto empecemos a desplegar más refinerías, habrá que aumentar la capacidad de recolección, y las tecnologías actuales no son tan eficientes. Tiene sentido que la refinería pague el desarrollo del barco. Es un barco muy chulo que no compite con ninguna otra tecnología, porque puede operar en zonas demasiado arriesgadas para los barcos con personas dentro", explica.

Mientras tanto, espera que las plantas piloto tengan éxito y puedan conseguir financiación suficiente para llevar su negocio a otro nivel. Dada la magnitud del problema y su prometedor plan de negocio, no debería faltarles interés

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