La industria británica de las algas es comparativamente pequeña, pero el número de empresas relacionadas con las algas en el Reino Unido se ha más que duplicado desde 2016. En la actualidad, hay alrededor de 74 empresas relacionadas con las algas, ubicadas principalmente en Inglaterra y Escocia.
El Reino Unido cuenta con 600 especies de algas, y sus extensas costas son ideales para el cultivo y la recolección comercial de algas. El alga rocosa (Ascophyllum nodosum) es la especie de alga más utilizada por las empresas de recolección del Reino Unido, junto con algas pardas como el kelp y el wrack, y algas rojas como el dulse y el laver.
En el Reino Unido, un tercio de las empresas de algas se dedican a la alimentación y la bebida; el 19%, a la belleza; el 13%, a la producción de nutracéuticos, y el resto, a otros servicios como piensos, alginato, bioenvasado y fertilizantes. Los 27 productores de algas activos dependen en gran medida de la recolección silvestre y no del cultivo, lo que no es sostenible a largo plazo.
El sector de las algas no es sostenible a largo plazo
Oportunidades de la acuicultura
La cría de algas marinas es una tendencia al alza, y el gobierno británico fomenta el desarrollo del sector debido a su potencial para contribuir a los servicios ecosistémicos, producir recursos y abordar los objetivos de muchas políticas, como el Plan Medioambiental de 25 años del país, las estrategias nacionales de acuicultura y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Ha habido una oleada de iniciativas, investigaciones y empresas comerciales que muestran el potencial de este sector emergente para apoyar la economía local.
El interés del gobierno británico por el biocombustible derivado de algas, junto con proyectos como SeaGas, MacroFuel y BioMara, está impulsando el sector de la acuicultura de algas. El número de explotaciones de algas va en aumento: tres en Escocia, cuatro en Inglaterra, una en Irlanda del Norte y una en Gales. Muchas empresas comerciales de algas están intentando pasar de la recolección silvestre al cultivo de algas, mientras que empresas privadas como SeaGrown, Marine Biopolymers, y Kelp Crofting son pioneras en el cultivo a escala comercial.
Organizaciones gubernamentales como Centre for Environment, Fisheries and Aquaculture Science (Cefas) e iniciativas gubernamentales como Seaweed Research Advisory Groups trabajan activamente para facilitar el cultivo de algas. Del mismo modo, organizaciones de investigación han creado granjas; por ejemplo, SAMS (Escocia), la Universidad de Swansea (Gales), la Universidad Queen de Belfast (Irlanda del Norte); UHI (Shetlands) y la Universidad de Exeter (Inglaterra) están investigando diferentes métodos de cultivo, lugares adecuados y especies de algas marinas.
La Asociación Escocesa de la Industria de las Algas (SSIA), y la Alianza de las Algas están trabajando para apoyar la cadena de valor, la colaboración entre las partes interesadas y la educación sobre las algas marinas. Además, Algae-UK se creó para apoyar a la comunidad científica en el ámbito de las algas marinas y sus aplicaciones biotecnológicas.
La Alianza de las Algas Marinas (Seaweed Alliance) es una organización sin ánimo de lucro con sede en el Reino Unido
Límites al crecimiento de la industria
Aunque las algas marinas tienen una tradición de uso centenaria en el Reino Unido, los niveles de producción actuales tienen dificultades para satisfacer la demanda y aprovechar todo su potencial. A nivel mundial, donde la producción de algas marinas ha experimentado un crecimiento significativo (de 118.000 a 358.200 toneladas entre 2000 y 2019), con países como China, Indonesia, Filipinas y Japón haciendo contribuciones sustanciales, la presencia del Reino Unido en la industria está notablemente ausente. Este informe de política explora los principales retos y problemas detrás del retraso en este sector, que se enumeran a continuación.
Legislación
Cuestiones legislativas y reglamentarias
En el Reino Unido, la legislación en materia de acuicultura también abarca la normativa sobre algas marinas, lo que ha generado una gran incertidumbre entre inversores y acuicultores. Las orientaciones para la concesión de licencias de acuicultura marina se centran sobre todo en la cría de peces de aleta y mariscos, más que en las algas marinas. Existen restricciones a la recolección mecánica de algas en muchos emplazamientos potenciales, y las embarcaciones pequeñas, que en realidad son para marisqueo, están reguladas para la recolección de algas silvestres. Aunque la recolección sostenible de algas silvestres es posible, en muchos lugares está estrictamente regulada.
Además, para establecer una granja de algas se necesita un permiso de arrendamiento (de The Crown Estate) y una licencia marina de un organismo regulador respectivo (Departamento de Medio Ambiente, Organización de Gestión Marina o Escocia Marina). El proceso de solicitud de estos permisos requiere licencias adicionales como la EIA, la Evaluación de Áreas Marinas Protegidas (MPAA), la Evaluación del Reglamento de Hábitats (HAR), etc., lo que hace que el proceso sea poco claro, complejo y requiera mayores costes operativos, lo que provoca la pérdida de confianza entre los inversores.
Cuestiones técnicas y tecnológicas
Existen varios retos en la industria de las algas marinas del Reino Unido relacionados con lagunas de conocimiento tecnológico que se exponen a continuación.
- Las técnicas antiguas siguen en práctica. Las formas tradicionales de recolección, por ejemplo, utilizando hoces, cortando a mano o recogiendo las algas al viento, y los pequeños buques de recolección están limitando la capacidad. Del mismo modo, con los métodos de palangre y las prácticas de cultivo cerca de la costa, no se está aprovechando todo el potencial de la costa británica.
- El número de criaderos de algas y bancos de semillas es limitado. En la actualidad, sólo hay un criadero de algas en el Reino Unido (Escocia), que también almacena semillas de algunas especies limitadas (Laminaria digitata, Saccharina latissimi, Palmaria palmata), que son insuficientes para satisfacer la demanda.
- Falta tecnología de posrecolección. Las algas deben procesarse lo más rápidamente posible para minimizar la degradación de su calidad. Desgraciadamente, faltan instalaciones de procesamiento, tecnología de valor añadido y mano de obra cualificada en este campo.
Desafíos medioambientales
Dado que la acuicultura de algas marinas es incipiente, existe una gran laguna en el conocimiento de sus impactos (positivos o negativos) sobre el medio ambiente y viceversa. Además, sólo se dispone de unos pocos estudios sobre los efectos medioambientales del cultivo de algas marinas, lo que deja a los agricultores en una situación de incertidumbre.
La acuicultura de algas marinas es un sector emergente
Cuestiones financieras y de mercado
Aunque el gobierno ha mostrado una respuesta positiva hacia el cultivo de algas, se necesita financiación para establecer las instalaciones necesarias, como criaderos, bancos de semillas y criobancos. Debido a la actual legislación británica, la mayor parte de la financiación se destina a la cría de peces o mariscos, y sólo una pequeña parte se destina al desarrollo del sector de las algas marinas.
El mercado de las algas en el Reino Unido depende en gran medida de las importaciones procedentes de Asia (95%). Existe un gran desfase entre la demanda y la oferta nacionales, y el suministro internacional crea tensiones en la producción nacional. Además, los problemas con la cadena de suministro, la mano de obra y la logística están degradando el mercado.
Enfermedades y bioseguridad
El conocimiento de los riesgos de enfermedad y el protocolo de bioseguridad es muy limitado y no existe una ley que regule el estándar de los productos finales.
Recomendaciones políticas
Aunque existen importantes retos en el desarrollo de la industria de las algas marinas en el Reino Unido, el marco político que se esboza a continuación está diseñado para elevar la industria a nuevas alturas:
- Establecer una organización gubernamental independiente para la industria de las algas que regule todos los sectores relacionados, como la producción, la transformación y la comercialización. Debería ofrecer una orientación clara y una normativa de apoyo sobre la creación de granjas de algas, el tamaño de los buques, las temporadas y los métodos de recolección siguiendo prácticas medioambientales.
- Establecer bancos de semillas y criaderos de algas en todos los países del Reino Unido, basados en el potencial de cultivo de esa región y equipados con instalaciones como la crioconservación para garantizar la conservación de cepas valiosas a largo plazo.
- Impulsar aún más el potencial de la acuicultura mediante la adopción de prácticas de cultivo en alta mar que utilicen equipos de alta tecnología, cepas mejoradas y técnicas de cultivo eficaces que reduzcan los costes operativos y de producción.
- Establecer instalaciones de post-cosecha, como biorrefinerías, basadas en la capacidad de producción regional de algas para crear productos finales más valiosos.
- Crear organizaciones para el registro de datos (producción acuícola, recolección silvestre), el análisis de enfermedades y amenazas potenciales como las especies invasoras, la realización de evaluaciones como EIA, MPAA, HAR y otros modelos cuando sea necesario.
- Priorizar los modelos integrados de cultivo, como la acuicultura multitrófica integrada (IMTA), en la que las algas se cultivan junto con los peces y mariscos, utilizando el exceso de nutrientes y compartiendo riesgos.
- Facilitar la colaboración entre científicos, acuicultores, organismos gubernamentales y otras partes interesadas a escala nacional e internacional para mejorar el flujo de información sobre problemas, normativas, innovaciones y tecnologías.
- Financiar organizaciones de investigación (como SAMS) y nuevas empresas innovadoras (como Oceanium) para ideas y productos innovadores, que pongan de relieve el sector de las algas marinas del Reino Unido en un contexto internacional.