Aunque la acuicultura no siempre ha sido bien recibida en las islas griegas, una familia ha conseguido combinar la piscicultura con el turismo, lo que sugiere que ambos sectores pueden coexistir con éxito.
Aunque el mercado británico de productos derivados de las algas va en aumento, la industria depende actualmente de las cosechas silvestres para satisfacer la mayor parte de su demanda, lo que impide que el sector aproveche todo su potencial.