A pesar de ser uno de los mayores productores mundiales de gambas de piscifactoría, el sector vietnamita del camarón no está exento de problemas. Uno de los más acuciantes lo ha sacado a la luz recientemente un estudio independiente, que ha destacado el papel de los supermercados occidentales a la hora de ofrecer a los agricultores precios injustos por sus productos, lo que repercute directamente en la prevalencia del trabajo no remunerado, la explotación y las violaciones de los derechos humanos en el sector.
El informe fue realizado por los investigadores independientes Dinh Lap y Angel Ysik, junto con los doctores Ngo Huong, Le Ut Tinh y Tran Minh Quan, del Centro para el Desarrollo y la Integración, y un investigador vietnamita que se mantiene en el anonimato para proteger la identidad de los trabajadores.
Preocupantemente, el informe revela que los trabajadores de la industria camaronera vietnamita son vulnerables a la explotación laboral generalizada y a los bajos salarios, mientras que, simultáneamente, las cadenas de supermercados que compran sus productos para la venta al por menor obtienen importantes márgenes de beneficio.
En concreto, los investigadores descubrieron que un pequeño número de grandes empresas consolidadas ejercen una gran influencia sobre los precios en la cadena de suministro de la gamba, haciendo bajar los precios y cambiando a menudo de proveedor para encontrar gambas al precio más bajo. Estas empresas contratan a intermediarios para comprar gambas a precios más bajos, aprovechando su influencia para obtener grandes volúmenes de gambas a precios muy bajos, lo que se traduce en escasos ingresos para los productores y condiciones de explotación para los trabajadores. Según el informe, el uso de intermediarios por parte de los grandes minoristas también empeora la trazabilidad del producto
El informe también critica la falta de responsabilidad de los minoristas occidentales, que a menudo afirman a bombo y platillo que su abastecimiento y certificación son éticos.
Los investigadores detallan recomendaciones esenciales para los minoristas y los responsables políticos, entre las que se incluyen la necesidad de que los minoristas cumplan las normas laborales vietnamitas e internacionales pagando precios por las gambas que reflejen el verdadero coste de producción, y que los gobiernos garanticen que las empresas nacionales no se benefician del trabajo no remunerado en sus cadenas de suministro a través de sus prácticas de contratación.
El informe critica la falta de responsabilidad mostrada por los minoristas occidentales, que a menudo hacen gala de un abastecimiento y una certificación éticos