Una nueva asociación entre el equipo de investigación en acuicultura ecológica de la Universidad de California en Santa Cruz y Global Algae Innovations, especialista en algas, investigarán la viabilidad de la Spirulina cultivada utilizando dióxido de carbono capturado de las emisiones de las centrales eléctricas para que actúe como ingrediente alimentario de la trucha arco iris de piscifactoría.
El proyecto ha sido financiado con una subvención de 2 millones de dólares del Departamento de Energía de Estados Unidos como parte de un impulso de financiación federal cuyo objetivo es avanzar en tecnologías que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero mediante el uso de algas como sumidero de carbono.
Al igual que las plantas terrestres, las microalgas marinas como la Spirulina absorben dióxido de carbono y lo convierten en biomasa, y es este rasgo tan notable el que pretende explotar la asociación de investigación. Global Algae Innovations utilizará el dióxido de carbono capturado de los gases de combustión de las centrales eléctricas para cultivar y procesar la Spirulina, maximizando al mismo tiempo la eficiencia energética y económica
A continuación, se realizarán pruebas exhaustivas del producto final para conocer sus atributos bioquímicos, que incluirán nutrientes, antinutrientes, minerales y la presencia de trazas o metales pesados.
A continuación, el producto de microalgas se incorporará a un alimento acuícola alternativo experimental para truchas arco iris y se someterá a pruebas de digestibilidad y absorción de nutrientes, en comparación con la Espirulina de cultivo convencional
"Disponemos de la tecnología para cultivar algas de forma económica, y podemos hacer muchas cosas para cambiar y optimizar la biomasa, pero para ello también necesitábamos aportar la experiencia en acuicultura de la UC Santa Cruz", declaró Dave Hazlebeck, fundador y director ejecutivo de Global Algae Innovations, en un comunicado de la UC Santa Cruz.
A través del proyecto, Hazleback espera que se pueda demostrar que los gases de combustión son una fuente segura, eficaz y eficiente de dióxido de carbono para el crecimiento de las algas.
"Creo que la acuicultura, cuando se hace correctamente, puede aportar más beneficios medioambientales que perjuicios", afirmó Pallab Sarker, profesor adjunto de estudios medioambientales y colaborador del proyecto.
"Trabajando juntos interdisciplinariamente y con socios de la industria en proyectos como éste, podemos ofrecer mejoras críticas a esta industria en rápida expansión, de modo que las piscifactorías comerciales puedan beneficiarse en un futuro próximo", añadió.