Las dos empresas biotecnológicas, Algalif, con sede en Islandia y especializada en la producción de astaxantina (un componente importante de muchos piensos para salmones), y la start-up francesa de biocontrol ImmunRise Biocontrol, han iniciado conversaciones formales para sentar las bases de una asociación estratégica a largo plazo, a través de la cual pretenden desarrollar un centro industrial de microalgas a gran escala para fabricar productos de biocontrol destinados a aplicaciones en diversos sectores de la industria agrícola.
El control biológico se refiere al uso de agentes biológicos vivos como insectos, hongos, bacterias o, como en este caso, algas para controlar las poblaciones de plagas agrícolas.
Con las conversaciones estratégicas iniciadas a principios de este mes tras el éxito de la convocatoria de financiación de un proyecto independiente compartido por Algalif e ImmunRise, ambas empresas pretenden ampliar su desarrollo innovador complementando sus puntos fuertes actuales. Mediante la asociación estratégica, Algalif e ImmunRise pretenden establecer una base sólida para el desarrollo de nuevos productos naturales de biocontrol dedicados a la protección de las plantas en el mercado agrícola. La facturación del mercado mundial de biocontrol se valoró en 6.500 millones de dólares en 2022 y se espera que alcance los 13.700 millones de dólares en 2027.
El uso de algas y productos a base de algas como agentes de biocontrol o biopesticidas puede representar un paso significativo hacia la mejora de la sostenibilidad de la industria agrícola, ya que el cultivo de microalgas se puede lograr con pocos impactos ambientales negativos, y a menudo puede ser ecológicamente beneficioso. Además, el número y la asombrosa diversidad de especies de algas que se encuentran en el mundo podrían representar una fuente en gran medida sin explotar de productos y metabolitos secundarios que podrían tener una serie de aplicaciones de biocontrol.
