Después de haber sido utilizada con éxito como parte de los sistemas de desinfección y esterilización del agua en criaderos de gambas en Indonesia, la tecnología ultravioleta (UV) está siendo considerada para su uso también en los estanques de cría de gambas.
La tecnología ultravioleta (UV) está siendo utilizada con éxito en criaderos de gambas en Indonesia
Las razones para considerar la tecnología UV incluyen la mejora de la bioseguridad, la disminución de las enfermedades prevalentes del camarón, la reducción de los gastos de gestión del agua a largo plazo y la adopción de una práctica respetuosa con el medio ambiente.
Estos factores se contraponen al uso convencional de productos químicos, como el cloro o el peróxido de hidrógeno (H₂O₂), que han sido las principales opciones de desinfección para los estanques de camarones hasta ahora.
Éxito en Bali
Varios criadores indonesios han empezado a experimentar con la tecnología UV, entre ellos Sidiq Bayu Kurniawan, un criador de gambas de Bali. Lleva dos ciclos utilizando la tecnología UV de FisTx Indonesia. Según él, el tratamiento con UV ha reducido significativamente la presencia de Vibrio en comparación con el agua que obtiene del mar.
Además, afirma que el tratamiento con UV ha reducido significativamente la presencia de Vibrio en comparación con el agua que obtiene del mar
Además, afirma que el empleo de la tecnología UV aporta eficiencias tanto en términos de espacio como de gastos. Antes, el sistema de producción requería un estanque específico para el tratamiento con cloro. Pero con UV, Bayu puede tratar toda el agua de entrada directamente con UV y canalizarla directamente a los estanques de producción sin necesidad de un estanque de tratamiento separado. Este método no requiere una larga espera para preparar el agua antes de que esté lista para el cultivo. Además, el sistema UV está integrado con un filtro de arena que puede mejorar la claridad del agua y maximizar la eficacia de los rayos UV.
En cuanto a los costes, Bayu afirma que se obtienen ahorros sustanciales a largo plazo. Aunque la inversión inicial en tecnología UV es significativa, señala que reduce sustancialmente los costes continuos de producción de cloro y H₂O₂. Afirma que los gastos ocasionados por el uso de cloro a lo largo de dos ciclos es casi igual al coste de la inversión inicial en UV.
La inversión inicial en tecnología UV es considerable
La empresa Aquaculture Technology and Development (ATD) PT Suri Tani Pemuka, filial del Grupo Japfa, está explorando activamente el desarrollo y la implantación de la tecnología UV en estanques. Según el director de ATD, Muhammad Fuadi, el cloro tiende a dejar residuos y provoca resistencia en los patógenos, lo que obliga a aumentar las dosis en aplicaciones posteriores.
Como explica Fuadi "Para las prácticas acuícolas responsables, estamos considerando la UV como una alternativa al cloro u otros productos químicos que podrían comprometer la calidad o el equilibrio de nuestros ecosistemas. Además, los rayos UV no producen residuos".
Un enfoque por capas
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la desinfección UV representa únicamente un enfoque biológico, en el que productos químicos como el cloro siguen formando parte necesaria de la secuencia de tratamientos del agua para maximizar su eficacia.
La desinfección UV no produce residuos
En principio, el tratamiento UV se aplica después del tratamiento físico y antes de ser distribuido al estanque. La limitación de los UV reside en su necesidad de una calidad específica del agua, principalmente en términos de parámetros de turbidez, para garantizar que los rayos UV penetren en los microorganismos.
Garantizar la eficacia del tratamiento
Los UV son un tipo de radiación electromagnética con una longitud de onda más corta que la luz visible pero más larga que los rayos X. Cuando se trata de desinfección, se utiliza un tipo específico de UV, llamado UVC, con una longitud de onda entre 250 y 265 nm. La UVC es eficaz para matar patógenos dañando su estructura de ADN, impidiendo que se repliquen y pierdan su capacidad de causar enfermedades. Y lo que es más importante, no destruye las paredes celulares, lo que garantiza que las sustancias tóxicas que contienen las células microbianas no se escapen al agua.
Varias empresas han desarrollado sistemas UV adecuados para tratar el agua de entrada de los estanques: las dos opciones principales son el sistema de canal abierto y el sistema cerrado. Ambos tienen pros y contras distintos.
El sistema de canal abierto, que está diseñado para funcionar con configuraciones de acequias basadas en la gravedad, tiende a ser más rentable tanto para la instalación como para el mantenimiento. En este sistema, las cámaras suelen instalarse siguiendo la trayectoria del agua desde el embalse o directamente desde el mar hasta el estanque de cultivo. Sin embargo, confiar únicamente en la gravedad puede no impulsar el agua de forma eficaz, lo que provoca la sedimentación y una desinfección inadecuada. Además, la configuración abierta significa que el agua desinfectada que fluye hacia el estanque podría estar expuesta a agentes patógenos.
El agua desinfectada que fluye hacia el estanque podría estar expuesta a agentes patógenos
Por otro lado, en un sistema cerrado que utiliza tuberías como cámaras, una bomba genera alta presión para mover el agua eficientemente a través de la cámara que alberga la lámpara UV. Este método evita problemas de salpicaduras de patógenos o de agua sin tratar. No obstante, la alta presión del agua puede afectar a la durabilidad de las lámparas UV. Además, la calcificación a largo plazo de las tuberías puede causar obstrucciones y un aumento de la presión del agua.
Como explica Fuadi "Una presión excesiva puede dañar el sistema UV, especialmente el manguito y la lámpara UV. Normalmente, esta preocupación por la presión puede solucionarse colocando el sistema UV lejos de la bomba o cerca del estanque de cultivo."
La presión excesiva puede dañar el sistema UV, especialmente el manguito y la lámpara UV
Indica que, además del tipo de sistema UV, hay una serie de factores que influyen en la eficacia del tratamiento UV. Entre ellos, la dosis de aplicación, que implica la intensidad UV y el tiempo de retención del agua, que debe correlacionarse con los objetivos de patógenos.
Por ejemplo, afirma que la lucha contra el Vibrio parahaemolyticus (el agente causante de la EMS/AHPND) suele requerir entre 70 y 100 mJ/cm2 para un tratamiento eficaz, pero algunos granjeros prefieren utilizar hasta 300 mJ/cm2. En las propias granjas de la empresa de Fuadi, incluso se opera con niveles de hasta 1000 mJ/cm2 debido a la falta de una norma internacional.
"En nuestros análisis, a menudo nos encontramos con diferentes dosis sugeridas para el mismo organismo en diferentes revistas. Por lo tanto, normalmente nos inclinamos por asumir la dosis más alta, teniendo en cuenta el perfil químico y físico consistente. Aunque esta decisión no suele causar problemas, puede aumentar la inversión necesaria", afirma Fuadi. "Normalmente, utilizamos 300-350 mJ/cm2."
Además, señala la importancia de las estrategias de pretratamiento, como mantener la turbidez por debajo de 15 unidades nefelométricas de turbidez (NTU) , el total de sólidos en suspensión (SST) por debajo de 20 mg/l y la demanda química de oxígeno (DQO) por debajo de 20 mg/l.
Eficacia a largo plazo
Fuadi está de acuerdo con las afirmaciones de los agricultores sobre la rentabilidad del uso de UV. Según sus cálculos, el empleo de UV es unas 16 veces más rentable en comparación con los desinfectantes químicos.
Eficiencia a largo plazo
"Aunque el capex [gasto de capital] inicial es significativo, a largo plazo sólo requiere gastos de electricidad en términos de opex [gasto operativo]. Este opex es mucho más barato que los costes de utilizar 30 ppm de cloro o TCCA [ácido tricloroisocianúrico] en cada ciclo. El mantenimiento de los UV no es significativamente elevado, sobre todo en lo que se refiere a las fundas UV o los contenedores de las lámparas, ya que tienden a degradarse con el tiempo al estar expuestos al agua de mar", explica.
"Por tanto, si comparamos el cloro, el TCCA y los rayos UV, para alcanzar el umbral de rentabilidad, basta con tres ciclos. Aproximadamente en un año, suponiendo que la tasa media de supervivencia se sitúe en torno al 80 por ciento", añade.
La rentabilidad también depende de la dosificación, adaptada a las necesidades del agricultor. Determinar la dosis correcta y el valor de la inversión depende del estado del estanque y de su historial de enfermedades. La intensidad de la lámpara UV no es constante, ya que debe adaptarse a los distintos lugares afectados por las diferentes composiciones del agua, los métodos de cría anteriores, los casos de enfermedades previas y la velocidad de circulación del agua. Por lo tanto, la instalación siempre debe personalizarse en función de las necesidades específicas
Desafíos para la mentalidad
Sidiq Bayu Kurniawan señala que el uso de la tecnología UV no presenta problemas significativos en general. El principal reto gira en torno al mantenimiento técnico, sobre todo con componentes como la manga, debido a la falta de familiaridad con esta nueva tecnología.
Dificultades para el productor
Desde el punto de vista del productor, el obstáculo clave es educar a los agricultores o a los gestores de las explotaciones sobre esta tecnología. Algunos gestores o técnicos de estanques tienden a aferrarse al statu quo, aunque el propietario manifieste su interés por adoptar la UV. A la inversa, algunos agricultores tienen mayores expectativas respecto a los UV. Pero Fuadi siempre insiste en que, aunque la UV ofrece diversas ventajas, es sólo una parte del sistema de producción. Otros factores como la nutrición, la calidad de las semillas y la bioseguridad desempeñan papeles igualmente cruciales.