La galardonadaCarlingford Oyster Company ha mejorado la eficiencia y la calidad de su cosecha tras una inversión de más de 500.000 euros en nueva maquinaria e instalaciones de producción.
La empresa, que lleva 50 años produciendo ostras en Carlingford Lough, ha invertido 535.000 euros en la modernización de sus instalaciones, con el apoyo de una subvención de 142.000 euros en el marco del Brexit
La empresa, que lleva 50 años produciendo ostras en Carlingford Lough, invirtió 535.000 euros en mejorar sus instalaciones con el apoyo de una subvención de 142.000 euros en el marco del Plan Brexit de Crecimiento Sostenible de la Acuicultura, puesto en marcha por Bord Iascaigh Mhara (BIM).
Fundada en 1974 por Peter y Anne Feisser, que llegaron al Lough en un yate de madera, la floreciente empresa familiar produce ahora 250 toneladas -aproximadamente 2,5 millones de ostras- al año. A Peter, que ahora tiene 86 años y disfruta de una merecida jubilación, todavía se le puede ver ayudando en las operaciones mientras su hijo Kian dirige el negocio.
Según Kian, la reciente inversión ha permitido mejorar considerablemente la eficacia operativa de la empresa.
"Las instalaciones se construyeron en 1992, eran un gran espacio abierto y realmente necesitábamos mejorarlas"
declaró Kian en un comunicado de prensa en el que anunciaba el cambio
"El cultivo de ostras requiere mucha mano de obra y la inversión tenía como objetivo hacer la empresa más competitiva y garantizar el sustento de nuestro equipo y de mi familia", añadió.
Con la inversión, la empresa ha añadido nuevos tanques de depuración con tecnología punta de desnatado del agua para mitigar el riesgo de Norovirus; una carretilla elevadora, una transpaleta, una nueva clasificadora de agua y bolsas flotantes para el cultivo de ostras.
"Las obras [también] incluyeron la ampliación de nuestras instalaciones de producción, la incorporación de equipos que nos ayudan a separar y clasificar las ostras y mejoras en las zonas de expedición. La modernización de nuestro entorno de trabajo nos ha ayudado a cumplir los requisitos cambiantes de los inspectores de seguridad alimentaria y las expectativas de nuestros clientes cuando visitan nuestras instalaciones", explicó Kian.
"Todas estas máquinas nos han ayudado no sólo a mejorar la eficacia y las condiciones de trabajo, sino también a mejorar la calidad de nuestras ostras y, por tanto, la satisfacción de nuestros clientes", añadió.
La empresa, que en su pico de producción emplea a 30 trabajadores locales, abastece actualmente sobre todo a los mercados del Reino Unido, pero tras la inversión Kian planea aumentar su comercio con el sector europeo.
"Sin el apoyo de BIM y la financiación del Brexit no habríamos podido conseguir todo lo que hemos conseguido con esta inversión, y estamos muy agradecidos. Sin duda, el futuro se presenta brillante", afirmó.