El criadero de ostras, que no empezó a funcionar hasta el año pasado, ha criado con éxito su primera camada de ostras desde larvas hasta crías, que ya estaban listas para ser entregadas a un ostricultor local de Delaware situado en la misma zona de la bahía de Delaware.
El proceso de cultivo de ostras puede ser complicado y requerir mucho ensayo y error para encontrar las condiciones correctas que maximicen la calidad y el bienestar de las crías.
Por este motivo, la progresión del criadero Delaware Sea Grant desde su puesta en marcha hasta su actividad comercial en un plazo tan breve es especialmente impresionante.
Alyssa Campbell, coordinadora del laboratorio de pesca y acuicultura de Delaware Sea Grant, comentó esta rápida progresión a 'UDaily', una plataforma de noticias de la Universidad de Delaware.
Según ella, "éstas fueron nuestras dos primeras crías reales y conseguimos que cuajaran. Hay mucho ensayo y error a lo largo del proceso, así que el hecho de que hayamos conseguido que desoven, que retengan las larvas durante tres semanas y que lleguen a la metamorfosis y a la puesta es emocionante. Estamos más avanzados de lo que pensábamos".
Cuando se importan semillas de ostras de un estado o sistema acuático diferente, las semillas deben someterse a rigurosas pruebas de enfermedades y los ostricultores deben obtener los permisos adecuados, un proceso potencialmente costoso que también puede retrasar los plazos de producción
La capacidad del criadero para suministrar a los ostricultores de Delaware con semillas cultivadas dentro del mismo estado, o en este caso dentro del mismo sistema de agua de la bahía de Delaware, no sólo reducirá los costes y las emisiones asociadas al transporte, sino que también podría reducir potencialmente la necesidad de permisos y pruebas de enfermedades.