El avance tuvo lugar en la instalación del IEO para el control de la reproducción del atún rojo (ICRA), que cuenta con cuatro grandes tanques (dos de 22 y 20 m de diámetro y 10 m de profundidad, y dos más pequeños de 14 y 8 m de diámetro y 6 y 3 m de profundidad respectivamente) con una capacidad total de 7 millones de litros de agua de mar.
Aloja dos stocks reproductores de atún rojo, uno formado por 25 ejemplares nacidos en 2017, y otro con ocho ejemplares nacidos en 2018. Según han declarado Aurelio Ortega y Fernando de la Gándara, los investigadores responsables de la instalación, a este último stock se le implantaron el jueves 13 de julio hormonas que inducen la maduración final y el desove.
48 horas después, se obtuvieron unos cientos de miles de huevos fecundados, y a las 72 horas, cerca de 3 millones, continuando el desove en los días siguientes. Es la primera vez, en todo el mundo, que el atún rojo se reproduce en cautividad en una instalación terrestre.
El IEO cerró anteriormente el ciclo de esta especie en 2016, pero fue en jaulas flotantes en el mar.