Publicado en Biological Reviews, el estudio estima que la protección, restauración y mejora de la gestión de los bosques de algas y kelp en todo el mundo podría proporcionar unos beneficios de mitigación del orden de 36 millones de toneladas de CO2, lo que equivale a la capacidad de captura de CO2 de entre 1.000 y 1.600 millones de árboles. Es importante destacar que el estudio también introduce un marco para clasificar, cuantificar y verificar con precisión el secuestro de carbono en los bosques de algas y kelp.
El autor principal Dr. Albert Pessarrodona, de la Universidad de Australia Occidental y el International Blue Carbon Institute, declaró que los resultados muestran que podríamos haber "subestimado enormemente" los beneficios climáticos de estos bosques submarinos. Una de las principales razones de esta subestimación es la existencia de varias lagunas de conocimiento, que ahora se están abordando mediante esfuerzos de cartografía y la publicación de esta investigación que evalúa la capacidad variable de los bosques para almacenar carbono a largo plazo.
La Dra. Pessarrodona, que también es investigadora postdoctoral en Conservation International, declaró en un comunicado de prensa: "A escala mundial, los bosques de algas y kelp secuestran tanto carbono como la selva amazónica, pero sólo una fracción de ese carbono se almacena en los sedimentos costeros y en las profundidades marinas. Estimar la cantidad de carbono secuestrado por estos bosques ha resultado difícil hasta la fecha. Sin embargo, esta investigación introduce un nuevo marco que puede ayudarnos a actuar con rapidez para aprovechar el potencial de secuestro de carbono de los bosques de algas y kelp."
A través de esta categorización, el estudio constata:
- Los esfuerzos de conservación, restauración y forestación dirigidos a los bosques de algas y kelp podrían dar lugar a la eliminación de decenas de millones de toneladas de CO2 al año en todo el mundo, lo que supone una medida viable de mitigación del cambio climático.
- Los bosques de algas y kelp situados cerca de fiordos, cañones, islas oceánicas o aguas profundas presentan un mayor potencial de secuestro de carbono. Esto es especialmente evidente en las regiones templadas, donde las frías aguas ricas en nutrientes soportan el crecimiento forestal más alto y la mayor fijación de carbono.
- Como resultado, los países polares y templados que aún no se han comprometido en soluciones de carbono azul pronto podrían tener la oportunidad de hacerlo. Por ejemplo, el estudio identifica el Gran Arrecife Austral a lo largo de la costa australiana y los bosques submarinos del Ártico oriental canadiense, Noruega y Japón como zonas con un alto potencial de fijación de carbono.
La Dra. Emily Pidgeon, responsable de los océanos de Conservation International y coautora del estudio, subrayó la necesidad urgente de actuar. "Los bosques de algas están desapareciendo a un ritmo alarmante en muchas partes del mundo debido a diversas presiones humanas, como la contaminación por nutrientes, las olas de calor marinas y el calentamiento de los océanos", advirtió
"Para evitar la pérdida de la valiosa capacidad de eliminación de carbono del océano y salvaguardar los numerosos beneficios que aportan los bosques de algas marinas, debemos detener esta disminución"
Las conclusiones de este estudio subrayan el papel fundamental que pueden desempeñar los bosques de algas y kelp para hacer frente al cambio climático. Si reconocemos su potencial de secuestro de carbono y aplicamos medidas para su conservación, restauración y mejora de la gestión, podremos desbloquear una importante herramienta de mitigación del clima y, al mismo tiempo, preservar los múltiples beneficios que estos bosques submarinos ofrecen a la humanidad.
La conservación de los bosques de algas marinas y algas kelp es una de las principales prioridades de la UE